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Mostrando las entradas de abril, 2022

Dicen que el mar es como una mujer, pero menos peligroso. Y aunque fuera cierto, yo hubiera muerto por ella, o mejor dicho, hubiera dado la vida.

  Dicen que el mar es como una mujer, pero menos peligroso. Y aunque fuera cierto, yo hubiera muerto por ella, o mejor dicho, hubiera dado la vida. Y mi obituario proclamaría que había vivido mucho en tan poco tiempo, que había logrado casi todo en la vida y que había sido un buen hombre; sin duda omitiendo las malas costumbres y unos cuantos vicios de los que estoy hecho y no reniego. Lo que tampoco diría, era que había conquistado el mar de la espalda de una mujer que siempre le iba de frente a todo. ¿Al final de la vida, quién escribe su propia biografía? ¿Quién la lee?, sino el que la ha vivido. Hay mujeres que son un laberinto, un acertijo por descifrar. Hay mujeres imposibles, y después ella, mujer mar; donde todas fluían en un mismo remolino, donde el amor era un naufragio y sobrevivirlo era extinguir en su cuerpo la noche. Si algo aprendí de ella, era que solo importaba lo vivido, y que algunas marcas no siempre eran cicatrices, sino tatuajes donde uno gu

Me gustan las orquídeas. Tan frágiles y tan hermosas, tan efímeras como despiadadas.

  Me gustan las orquídeas. Tan frágiles y tan hermosas, tan efímeras como despiadadas. Déjeme contarle de ellas, y créame que no las utilizo como una metáfora para entender a la mujer. No. Así que, présteme atención, porque aunque las orquídeas tengan un sinnúmero de colores y formas, al final todas son igual de desalmadas. Se lo digo yo, que sin un solo gesto de su parte aprendí a amarlas más allá de sus desaires. Es que las orquídeas lo seducen a uno, cual exótico racimo de clítoris en procesión por el tallo. Pero usted nunca se vaya a enamorar. Porque no importa cuánto cuidado y atención les ponga, cuánto amor o cuánta agua, ellas permanecerán hasta que se les dé la gana, mirándolo mirarlas con la cara florecida, hasta que un día cualquiera la flor más añeja atisba una queja marchita que cada una de sus hermanas sucesivamente convierte en eco. Cuando esto pase, usted no se desespere, porque no hay mucho que pueda hacer por ellas, ya que al morir la primera, la

Sin saberlo, había cortado de un tijeretazo el hilo del miedo que nos ata a las cosas seguras de cada día.

A pesar de todo, era lunes. Se vendó la herida y salió hacia la oficina. Trataba de no pensar en el dolor para sentirse más fuerte y cuando venía una punzada, respiraba hondo, como le habían enseñado de niña al ponerle inyecciones. Se le perdía la vista en todo lo que la rodeaba dentro de aquel cubículo de cristal y le resultaba tan extraño como si estuviera dentro de la vida de otra persona. Y tal vez era así, porque ¿dónde estaría ella en ese instante si pudiera elegir cualquier sitio del mundo? En sus brazos, pensó, y una aguja le atravesó el alma desde la herida, y tuvo que sujetarse el estómago con los brazos para soportar el dolor. En esa postura, vio un hilo que colgaba de su silla. Pensó que se le había deshilachado el dobladillo del vestido, pidió unas tijeras y lo cortó sin darle mayor importancia, pues ni aunque hubiera naufragado un barco ante sus ojos le habría podido doler la tragedia más que su propia existencia. De súbito, empezó a ver en su cabeza pai

"Madrid sin ti". Ya no lloro, ya no hay más lágrimas de este amor sin papeles que tú escribiste en el agua.

Ya no lloro, ya no hay más lágrimas de este amor sin papeles que tú escribiste en el agua. Ahora hay siempre ruido, tráfico fluido en la M30, tormentas eléctricas, nubosidad variable, cables partiendo los cielos, cortinas en las ventanas y tu nombre siempre ahogándose en la garganta. Pero, sabes, yo ya no lloro ni por el cielo quebrado de cables como una cárcel de pájaros, ni por la lluvia que aún se atreve a caer sobre esta ciudad sin ti. Ya no hay más lágrimas, y tan solo quisiera poder explicarle al mundo que he dejado de creer en milagros, que no sé qué es de tu vida, y que tal vez lo mejor sea conformarnos con existir. Y que yo ya no lloro, aunque sobrevivir duela un poco más cada día en esta ciudad llena de ruido y sin ti. Pero aún me queda ese minuto cada treinta y siete horas en que me salto todas las ordenanzas y pienso desorbitadamente en ti. Y en ese minuto de oxígeno, sabes, casi logro sonreír. Y entonces se hace el silencio, y aunque no recuerdo bien

"Si tú me olvidas", un poema imperdible de Pablo Neruda que debes leer

Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, más conocido como Pablo Neruda, nació en Parral, Chile, el 12 de julio de 1904 y falleció en Santiago de Chile, el 23 de septiembre de 1973. Fue uno de los más destacados poetas del mundo. En el año 1971 fue condecorado con el Premio Nobel de Literatura. QUIERO que sepas  una cosa. Tú sabes cómo es esto: si miro la luna de cristal, la rama roja del lento otoño en mi ventana, si toco junto al fuego la impalpable ceniza o el arrugado cuerpo de la leña, todo me lleva a ti, como si todo lo que existe, aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan. Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme dejaré de quererte poco a poco. Si de pronto me olvidas no me busques, que ya te habré olvidado. Si consideras largo y loco el viento de banderas que pasa por mi vida y te decides a dejarme a la orilla del corazón en que tengo raíces, piensa que en ese día, a esa hora levantaré los brazos y sa

Es más fácil criar a una guerrera hoy que arreglar a una mujer rota mañana

Actualmente aún se intenta educar a las niñas como princesas para que encuentren a su príncipe azul y puedan vivir felices para siempre. La realidad que esto está más que obsoleto y que las niñas no tienen que ser princesas si no es lo que quieren. Las niñas tienen sangre de guerreras y es que las mujeres son eso, toda fuerza… y  deben saber que la tienen para sacar su máximo su potencial. Cuando se educa a una niña para ser una “princesa” se hace de manera sutil y casi sin darnos cuenta para que sea débil y que no sea capaz de cuidarse a sí misma. Una mujer guerrera (o fuerte)  se empieza a crear en su más tierna infancia  y es por eso que debemos tener en cuenta que si les educamos para que crezcan sabiendo su valía, el día de mañana serán mujeres con mucho potencial que sabrán cómo enfrentarse a la vida sin necesidad de depender de otras personas para que “las salven”. No perjudiques su desarrollo No lo haces a propósito pero puedes estar perjudicando su desarrollo

“Carpe Diem”, el bello poema de Walt Whitman sobre vivir el momento

En distintas partes del mundo hay tradiciones culturales que subrayan la importancia de vivir el presente.  El pasado representa la memoria que ahora tenemos del ayer, y el futuro, la expectativa que ahora tenemos del porvenir.  Por lo tanto,  todo transcurre en el ahora, porque la vida es una continuidad de presentes. Hay que reconocer que, sin embargo,   no resulta tarea fácil vivir el ahora : es muy común ver  que las personas se estresen, enfermen y sufran en función de lo que esperan obtener en el futuro, o bajo una cierta presión por situaciones vividas en el pasado. Este asunto vivir el aquí y ahora sin preocupaciones, ha sido tratado en numerosas ocasiones; se le han dedicado ensayos, novelas y poemas; abunda en las charlas de café o al experimentar alegrías y dolores que hacen contener la respiración. En este caso,  te traemos el poema “Carpe Diem” de Walt Whitman , un genio de las letras. ¡Esperamos que lo disfrutes tanto como nosotros! Carpe Diem “No de

Vivir en una época en la que la mediocridad es el plato fuerte de las relaciones...

  “Qué cu-lero vivir en una época en la que se puso de moda la falta de compromiso, en la que el no querer nada serio se metió en las camas y remplazo las pláticas telefónicas de madrugada. Qué cu-lero vivir en una época donde todos somos opciones, donde hay que ganarse un lugar y de todos modos en cualquier momento terminas botado en el cesto de basura. Qué culero vivir en una época de puro like y mensaje instantáneo, donde las primeras citas terminan entre sábanas y regalar flores es cosa del pasado. Qué cu-lero vivir en una época donde ya nadie se enamora a primera vista, con plazas que lucen vacías y callejones que ya no escriben leyendas románticas. Qué cu-lero vivir en una época en la que la mediocridad es el plato fuerte de las relaciones, porque todos tenemos un as bajo la manga, o mejor dicho, otra persona esperando su turno. Qué cu-lero vivir en una época donde se olvida fácil y nos hemos vuelto desechables, malbaratándonos tanto que la fidelidad se ha c

Sigues sin creerte el arte tan chingón que eres y que no te has dado cuenta que una romántica como tú nomás pasa una vez en la vida…

  “Apuesto a que eres de esas románticas que se emocionan y le brillan los ojitos imaginando cuando les dedican un poema, estoy seguro que eres de esas que aún guarda las cartas en su cajón y hasta el más ridículo de los detalles cursis lo atesora con todo el corazón. Apuesto a que esperas uno de esos amores chingones y bonitos, uno que no se acobarde en tus días malos ni cuando te quedes a oscuras, uno que no tire la toalla cuando el paisaje no pinte de la mejor manera, uno que te ponga a bailar cada mañana esa alma tan bonita que te cargas. Apuesto a que te gusta disfrutar de un buen libro y andar en ropa interior por la casa, servirte una copita de vino sin razón y decirte cositas bonitas al espejo, porque hay noches en que te jode tantito la soledad y otras donde piensas que ya no quieres volver a complicarte por ningún pendejo. Apuesto a que siempre llegas tarde, que tienes un montón de vatos tirándote DM pero los ignoras porque estás hasta la chingada de ter

Chocamos mil veces, y otras mil nos amamos. Ni siquiera nuestras manos encajan bien, pero aún así, desmedidos, es como la escojo, así la elijo siempre…

  Imprecisiones precisas Tantos van presumiendo de sus casualidades perfectas, de sus coincidencias pulcras; de sus historias de amor sin imperfecciones, sin rastros de desequilibrios. Presumen de mil cosas que tienen en común y la exactitud con que cada palabra se va deslizando entre sus labios. Hablan de miradas que bastan para descifrar todo, de alguna magia o encantamiento extraño que hace inútiles las palabras. Se me hace difícil creer en esos cuentos de novela, aún si fuera cierto, no le hallo gracia a un amor de esos. Lo encuentro tan facilista, como si esa misma magia que ellos detallan, le quitara encanto. Mi amor es distinto: disparejo, enredado, repleto de inestabilidades. No nos reconocimos a la primera mirada, no coincidimos en tiempo y lugar como esos amores que describen en los libros, mucho menos pensamos igual siempre. Somos diferentes en un millón de cosas. Mientras ella prefiere la tarde, yo amo la noche. Mientras yo prefiero el café con azúcar,

Porque hay personas que lo valen lo todo, personas por las que vale extrañar y hasta romperse un poco…

  “No necesito tenerte cerca para sentirte, no soy de esos tercos que piensa que al amor le importan los kilómetros, las horas de diferencia o si estamos de punta a punta en este jodido planeta. Me basta con que brinques en mi pecho una vez al día, incluso a través de una pantalla, desatando la fórmula de la felicidad y las mariposas en mi barriga, créeme, con saber que existes es suficiente. Porque hay personas que lo valen lo todo, personas por las que vale extrañar y hasta romperse un poco, personas que merecen unas cucharaditas de tristeza por no poder abrazarles cada día. Y acepto la espera si cuando llegues tú te las llevas sin dejar rastro de ella, yo acepto descoserme tantito si cuando vengas llegarás con hilo y aguja para poner todo de vuelta a su lugar. Porque he conocido a quienes se sienten separados en la misma cama o en el mismo cuarto, y yo, yo con tus mensajes, tus llamadas, los cafecitos y las cenas virtuales, las etiquetas en memes románticos, es