Las frases de Virginia Woolf dejan ver un alma atormentada que aparentemente nunca tuvo sosiego. En ellas se expresa claramente un gran talento, pero también un enorme escepticismo. No es para menos, si se toma en cuenta que presenció los horrores de la Primera y Segunda Guerra Mundial. Estos hechos impactaron profundamente la sensibilidad de los artistas de la época.
Virginia Woolf nació en Londres (Inglaterra), en 1882. Fue una de las figuras más importantes del modernismo en la literatura y una inclaudicable feminista. Perdió a su madre a los 13 años y no mucho tiempo después, a su hermana y a su padre. Algunos de sus biógrafos sugieren que fue víctima de abuso sexual por parte de sus medio hermanos.
“Me hago y me deshago continuamente. Diferentes personas sacan palabras diferentes de mí”.
-Virginia Woolf-
Pese a todo, esta gran escritora mantuvo siempre constante su producción literaria. Las frases de Virginia Woolf que hemos seleccionado, dejan ver su inquietud interior, pero también su impresionante talento. Es una novelista para leer y releer, ayer y hoy.
El amor, un tema usual en las frases de Virginia Woolf
Las frases de Virginia Woolf sobre el amor tienen un tinte existencialista. Lo cierto es que no miraba a este sentimiento con ingenuidad o romanticismo. Aquí, por ejemplo, muestra un realismo contundente: “El amor es una ilusión, una historia que una construye en su mente, consciente todo el tiempo de que no es verdad, y por eso pone cuidado en no destruir la ilusión”.
A pesar de haber sufrido crisis nerviosas sucesivas y de sus traumáticas experiencias de adolescente, se puede afirmar que esta escritora fue afortunada en el amor. Se casó a los 30 años y 25 años después aún se declaraba feliz con su marido, en su autobiografía. No fue su único amor. Tuvo otras parejas controvertidas. Al respecto dijo: “Nada hay tan raro cuando se está enamorada como la total indiferencia de los demás”.
Ser uno mismo
Varias de las frases de Virginia Woolf hacen referencia a la autenticidad. En esta dice: “Sea sincero, y el resultado seguramente será increíblemente interesante”. Es una afirmación muy profunda. Llama la atención sobre el hecho de que lo más único que cada uno tiene, es también lo más llamativo.
Sin embargo, para esta escritora era claro que la tarea de ser genuinos no es nada fácil. Así lo deja ver en esta frase: “Porque más allá de la dificultad de comunicarse uno mismo, existe la suprema dificultad de ser uno mismo”. Para establecer esa conexión con nosotros mismos, a través de la comunicación, primero tenemos que ser realmente como somos y eso no es tarea fácil.
Esta idea se ve reforzada en otra de las frases de Virginia Woolf, que dice así: “No hay necesidad de apresurarse. No hay necesidad de brillar. No es necesario ser nadie más que uno mismo”. La autenticidad, entonces, tiene para ella un enorme valor. De hecho, es un valor supremo, desde su punto de vista. Pero no solo eso: también una tarea titánica.
La cultura
Muy en concordancia sobre la idea de lo genuino, Virginia Woolf también llama a repensar el origen de nuestras ideas. Esta frase alude a ello: “No dejemos de pensar: ¿qué es esta ‘civilización’ en la que nos encontramos? ¿Cuáles son estas ceremonias y por qué deberíamos participar en ellas? ¿Cuáles son estas profesiones y por qué deberíamos hacer dinero con ellas?”
Se trata de un llamado a repensar aquello que puede parecernos obvio. Una forma de volver a los porqué originales, ya que allí puede estar la pista que nos lleve a nuestro ser más auténtico. Nos invita a reflexionar sobre cómo vivimos la cotidianidad, a veces mecánicamente.
Frente a la cultura, Virginia Woolf tiene también una frase que resulta muy aguda. Dice: “El humor es el primero de los regalos en perecer en una lengua extranjera”. Con ello quiere decir que la lengua es mucho más que sintaxis o gramática: también y, sobre todo, es cultura. Es la cultura lo que le da sentido a una afirmación cualquiera. Y el sentido más vulnerable a esto, es el del humor.
Las prisiones y el signo de la juventud
En esta hermosa frase, Virgina Woolf describe de manera muy poética el contraste que hay entre la apariencia y lo que realmente se lleva dentro. Dice así: “Cada uno tenía su pasado encerrado dentro de sí mismo, como las hojas de un libro aprendido por ellos de memoria; y sus amigos podían sólo leer el título”.
Esta otra frase hace referencia al condicionamiento impuesto por los demás y lo compara con una prisión. Señala: “Los ojos de los demás nuestras prisiones; sus pensamientos nuestras jaulas”. Estamos atrapados en la mirada y la opinión de los demás. No somos libres hasta que no escapamos de su influencia.
Finalmente, esta frase resulta muy interesante. En ella, Woolf describe uno de los rasgos más enternecedores de la juventud: la fraternidad. Lo dice de este modo: “Uno de los signos de la juventud que sucede es el nacimiento de un sentido de compañerismo con otros seres humanos a medida que tomamos nuestro lugar entre ellos”.
Esta escritora inglesa tiene un lugar propio dentro de la literatura. Con el tiempo, además de conquistar cada vez más y más lectores, también se ha convertido en una de las voces más reconocidas dentro del feminismo. Su huella persiste y, seguramente, lo hará, como su obra, durante varios siglos más.
Fuente: https://lamenteesmaravillosa.com/
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