Lo más probable es que las fotos de esta mujer que hayan aparecido en algún momento de tu existencia en Facebook porque ha sido bastante compartida en la red social.
Se trataría -porque es muy complicado confirmar que sea efectivamente ella la del viral- de la Princesa iraní Zahra Khanom Tadj es-Saltaneh.
Si tuvo tantos pretendientes, si algunos se mataron o si era un símbolo de belleza en su época no se puede verificar, pero si hay varios detalles de su vida bastante sorprendentes y que, honestamente, nunca habría imagino cuando vi las fotografías.
Zahra Khanom Tadj es-Saltaneh pertenece a la dinastía Qajair (o Kayar, según diversas traducciones), familia real iraní de origen turco que estuvo en el poder desde 1785 hasta 1925, cuando fueron derrocados por la dinastía Pahlaví.
Solo hay una parte de esta historia que puede acercarse a la realidad y es uno de los ideales de belleza que supuestamente popularizaron a la princesa Qajar. Se trata del bigote que tienen las mujeres en estas imágenes y que eran considerados estéticos en aquella época. "Varios escritos de la época, así como fotografías, confirman que las mujeres de la dinastía Qajar dejaban crecer un fino bigote como símbolo de belleza", explica Martínez. Este hecho aparece descrito en varios libros.
Pero este ideal de belleza que tratan de popularizar no es el único hecho que convierte en tan atractiva la historia. Lo hacen todavía más esos 13 misteriosos hombres que se suicidaron después de que la princesa persa los rechazara. De todas las fuentes consultadas por esta historiadora, no ha encontrado una sola que pruebe que esto ocurrió de verdad, "sale de la nada", explica Martínez.
Además, no solo la falta de pruebas hace desconfiar de esto, sino que 'Esmat "estaba casada cuando ya tenía unos ocho o nueve años y, en segundo lugar,
La verdadera historia de 'Esmat es la de una mujer que como la segunda hija de las 12 que tuvo Nasar al-Din Shah Qajar, recibió la confianza de su padre para que se le otorgara la responsabilidad de servir como anfitriona para las invitadas extranjeras a la corte. Contra la tradición, aprendió a tocar el piano y se convirtió en fotógrafa con un estudio privado en su casa.
En el caso de Taj, explica Martínez, esta era la decimosegunda hija de Nasar al-Din Shah Qajar. "Taj fue una feminista y nacionalista que apoyó la revolución cultural y constitucional en Persia".

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